El siguiente caso confirma el despotismo, la prisa, los malos tratos, la improvisación, la falta de educación, la escasez de personal, la nula vocación de servicio, el olvidar que los ciudadanos son sus verdaderos jefes, la acumulación de trabajo y el pésimo ejemplo transmitido al personal desde las más altas esferas de la dependencia, que en este caso es la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) a cargo de Marcelo Ebrard, hasta las oficinas emisoras de pasaportes diseminadas a lo largo y ancho del país.
Lo ocurrido el jueves 24 de marzo de 2022 en la representación de la Secretaría de Relaciones Exteriores situada en la Plaza Los Arcos de Cuernavaca, en la esquina de la avenida Plan de Ayala y la calle Teopanzolco, en la colonia del mismo nombre, se repitió este martes 14 de junio del año en curso, a pesar de que hace algunas semanas la Comisión de Derechos Humanos de Morelos gestionó y consiguió una reunión de conciliación entre la parte afectada y personal de la SRE.
Previa cita, dos menores de edad y su madre adoptiva se presentaron el martes solo para volver a recibir pésimos tratos y que les fuera repetida la exigencia, a los menores, sobre la presencia de sus padres, quienes están muertos a causa de la violencia en México. Como siempre, la oficina estaba saturada de solicitantes de pasaportes, en tanto varias decenas de ellos se encontraban sentados en el piso, en las afueras, esperando la entrega de sus documentos.
Tal como sucedió el 24 de marzo, este 14 de junio se repitió la escena: las empleadas exigían la presencia de los padres de los menores, lo cual es y será imposible, pues ya no existen, pero sí se encontraba, como siempre, la madre adoptiva, reconocida así por las autoridades judiciales competentes. Las empleadas no sólo rechazaban la petición de que los menores obtuvieran sus pasaportes, intimidándolos, sino que también realizaban comentarios desagradables en presencia de los menores, quienes perdieron a sus padres de forma trágica.
El 24 de marzo, luego ante la CDHM y ahora de nuevo este 14 de junio, las empleados de Pasaportes de la SRE disponían del documento judicial donde un juez explica la causa de la falta de la presencia del padre y la madre, así como la patria potestad concedida a la madre adoptiva, la señora Silvia Ureña Zepeda. Pero las empleadas de la Secretaría de Relaciones Exteriores siempre se han negado a leerlo, y de entrada, como el 24 de marzo, rechazaron la petición de los pasaportes. Al contrario: de la manera más aberrante volvieron a exigir que por lo menos ¡estuviera el papá de los niños! Eso de inmediato provocó la desagradable reacción emocional en los menores, quienes durante varios años han tratado de superar la trágica muerte de sus progenitores, asesinados frente a ellos.
El comportamiento de las empleadas de nuevo fue agresivo, intolerante, inhumano e hiriente, tanto para con sus hijos como para la madre adoptiva, que en realidad es su tía. No sólo el tema de sacar cita para obtener pasaporte es complicado, sino el trato de los trabajadores a los solicitantes es sumamente agresivo, y ofensivo. En esta ocasión, la señora Ureña Zepeda y los dos menores tuvieron que esperar desde las 8:00 hasta las 14:00 horas para, por fin, conseguir los pasaportes. En todo momento, la dama afectada percibió un ánimo de venganza de las empleadas de la SRE por la reunión convocada semanas atrás por la Comisión de Derechos Humanos de Morelos.
Es importante mencionar que afuera de la oficina expedidora de Pasaportes en la Plaza Los Arcos de Cuernavaca, todos los días, son decenas y decenas las personas que dentro y fuera esperan la tramitación de sus documentos. En el interior, sin sana distancia y sin aire acondicionado, el sitio se caracteriza por la aglomeración de solicitantes, mientras en el exterior, abundan hombres y mujeres de todas las edades, sentados en el suelo, esperando la entrega de los documentos. Todo esto después de sufrir el calvario que representa conseguir citas.
Aquí es necesario reflexionar sobre la necesidad de que la Comisión de Derechos Humanos de Morelos, así como su homóloga nacional, e igual el Congreso del estado pongan atención a lo que está ocurriendo con los niños que, a causa de la incesable violencia a lo largo y ancho del país, han quedado huérfanos e inmersos en el absoluto desamparo, y que a veces son integrados a cierta familia o adoptados por parientes cercanos, pero que por diferentes causas deben efectuar trámites en instituciones públicas.
Los empleados de la SRE siempre exigen la presencia de los padres, aunque se encuentren fallecidos, porque mantienen la instrucción de que pudiera tratarse de niños derivados de padres divorciados o sumidos en conflictos de pareja. Por lo pronto, el Congreso de Morelos debe enfocar su atención a la oficina expedidora de pasaportes de la Secretaría de Relaciones Exteriores de Cuernavaca, donde la mayoría de ciudadanos son vejados de diferentes formas. El delicado asunto, mínimo merece un exhorto de nuestros ínclitos legisladores a la dependencia que encabeza a nivel nacional Marcelo Ebrard, hoy metido de lleno a la búsqueda de la candidatura de presidencial de Morena. Mientras tanto, que el pueblo se joda.