Mientras la sociedad cuernavaquense sigue viviendo en un clima de inseguridad que afecta todos los órdenes de la vida cotidiana, las autoridades de la capital y del gobierno del estado mantienen sus diferendos públicos, sin que la supuesta coordinación interinstitucional logre recobrar la paz y la tranquilidad.
Por un lado, el gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo, afirmó que el alcalde capitalino, José Luis Urióstegui Salgado, debe asumir su responsabilidad por no haber firmado el convenio de colaboración en materia de seguridad pública y, con ello, dejar fuera a la corporación policíaca municipal del esquema de mando coordinado.
Blanco Bravo se manifestó respetuoso de la decisión de Urióstegui y de la autonomía municipal, y dijo que le ha dado mucho apoyo, no le han cerrado las puertas, no han ordenado quitarle la licencia colectiva de portación de armas para los uniformados y que si quieren que le pregunten.
Por otro lado, por supuesto que José Luis Urióstegui fue cuestionado al respecto. Mantuvo su posición sobre el mando coordinado. No se firmó porque no funciona en el estado, aseveró. Además, explicó en qué ha consistido la coordinación entre corporaciones: Básicamente, en que la Comisión Estatal de Seguridad (CES), que encabeza el vicealmirante José Antonio Ortiz Guarneros, entregó la lista del personal, las patrullas y los equipos de radio comunicación, hasta entonces a su cargo, a la nueva titular de la Secretaría de Protección y Auxilio Ciudadano (SEPRAC), Alicia Vázquez Luna.
Sin embargo, los equipos de radio comunicación ya fueron retirados a la policía capitalina, por lo que los oficiales hoy trabajan haciendo uso de sus teléfonos personales, y la coordinación entre instituciones consiste únicamente en el acompañamiento que da la CES, al mando de Ortiz, con elementos policíacos a la SEPRAC, al mando de Vázquez, en algunos operativos.
Los dos tienen razón, tanto Blanco como Urióstegui. La responsabilidad la asumió Urióstegui, sí. El mando coordinado no funciona en Morelos, cierto. Los elevados eventos de violencia suscitados en la capital en los últimos meses tienen a los habitantes en a zozobra. Da miedo no solamente salir de noche, sino también a cualquier hora del día y a cualquier lugar. Y la famosa coordinación nomás no se ve por ningún lado.
El pleito de fondo es el acceso a los recursos que representa el estar dentro o fuera del mando coordinado. Deberían ambos, Cuauhtémoc y Urióstegui, ponerse a pensar que, mientras ellos sostienen esa disputa, la sociedad sigue padeciendo violencia e impunidad. Los deslindes de responsabilidad entre ellos, que se echen la bolita, pues, a los ciudadanos no nos interesan, lo que queremos son resultados. Queremos ver menos declaraciones y más acciones.
Y para iniciados
El diputado panista, Paco Sánchez Zavala, pronto tendrá que lidiar con presiones de adentro, incluso de los que hoy son sus aliados más cercanos. La búsqueda de poder significa búsqueda de reacomodos, de movimientos, de intereses que resquebrajan lealtades y acuerdos. Son varios los que se van a apuntar, intentando sustituirlo en la presidencia de la mesa directiva del Congreso local.
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