La Fiscalía General del Estado de Morelos anunció este fin de semana la aprehensión de Francisco Javier Rodríguez Hernández, alias “El Frank”, “El Colombiano”, “El XL”, y/o “El Señorón”, en Mazatlán, Sinaloa, a cargo de efectivos de la Secretaría de Marina Armada de México. Se encontraba en la lista de los más buscados por los gobiernos federal y estatal, pues ha sido uno de los principales generadores de violencia en nuestra entidad.
En el estado de Morelos, se cuenta con diversas carpetas de investigación relacionadas con los delitos de homicidio calificado; entre ellos, el cometido en contra de tres médicos el 10 de abril del año 2020 en la localidad de Tilzapotla, municipio de Puente de Ixtla, hechos por los que fueron vinculados a proceso Daniela “N” alias “La Reyna del Sur” y/o “La Maestra Aponte” y Óscar Zuriel “N” alias “El Santa” quien se desempeña como chofer de taxi, y realizaba labores como “halcón”, persona cercana al denominado “El Frank”, el “XL”, “El Señorón” o “El Colombiano”. Enhorabuena por este éxito de las instituciones federales y estatales de seguridad.
La detención de “El Señorón” se inserta en el constante reacomodo del crimen organizado a nivel nacional, sobre regiones que podemos comparar con mercados. Aquí creo importante recordar que un delincuente potencial viola la ley cuando el beneficio del acto es superior al castigo esperado, mismo que se obtiene multiplicando la severidad del castigo por la probabilidad del mismo.
Así, si la pena por cometer un homicidio es 40 años de prisión y la probabilidad de recibirla es de 20 por ciento, el castigo esperado sería de ocho años, multiplicado por el costo de oportunidad del delincuente. Si el beneficio para un delincuente de matar a una persona es igual o inferior a esa cifra, probablemente no lo cometa.
Pero, ¿qué pasa si, por razones exógenas, el beneficio traspasa ese umbral? Asumiendo como constante la capacidad de castigo en el corto plazo, el delincuente tenderá a cometer el homicidio y otros delincuentes harán lo mismo. Mientras más homicidios ocurran, menor será la probabilidad de que cualquier acto en lo individual sea castigado y, por tanto, el castigo esperado tenderá a disminuir, generando con ello un incremento adicional en el número de homicidios. El mecanismo es un bucle de retroalimentación.
El surgimiento de células delincuenciales no cesa, y esto ocurre frente a las narices de todas las corporaciones policíacas. ¿Redes de complicidades? ¿Temor a las bandas? Es probable, pero el descabezamiento de los grupos no frena del todo el recurrente clima de inseguridad. Para muestra tenemos lo ocurrido durante las recientes semanas en Morelos, donde no cesan los homicidios dolosos y los feminicidios.
Ni duda cabe: siempre se cumple lo externado por Ismael “El Mayo” Zambada durante una entrevista que el capo de Sinaloa concedió al finado periodista Julio Sherer García, publicada el 4 de abril de 2010 en el semanario Proceso. Dijo Zambada:
“El narco está en la sociedad, arraigado como la corrupción. Los soldados rompen puertas y ventanas, penetran en la intimidad de las casas, siembran y esparcen el terror (…) pero siempre llegan los reemplazos”.
Hoy debemos felicitar a las instituciones federales y estatales por la captura de Francisco Javier Rodríguez Hernández, alias “El Señorón”, pero infortunadamente para toda la sociedad, ese aseguramiento generará un nuevo reacomodo en las células delincuenciales de nuestra entidad federativa y en ciertos puntos de Guerrero donde también operaba ese delincuente.
El narcotráfico no cesa. Y es aquí donde haré la siguiente pregunta: ¿de dónde proviene la droga que es interceptada por las corporaciones policíacas? A diario se nos envían boletines informando sobre la captura de narcomenudistas dedicados a la venta de la droga conocida como “cristal”, metanfetaminas, mariguana, etcétera, amén de que les son decomisadas armas y vehículos, en su mayoría robados. Pero las células criminales, como las células cancerosas, se siguen multiplicando a pesar de los cuantiosos recursos destinados al descabezamiento y a veces neutralización de grupos completos.