Cuando se aproximan los procesos electorales, los políticos pragmáticos tienden a situarse del lado de quien consideran será el ganador. Un tanto similar sucede con los electores. En lo general, la gente prefiere verse en el equipo triunfador. Los procesos electorales competitivos, es decir, aquellos en los que no se tiene certeza sobre qué opción partidaria o qué candidatura tiene claras ventajas sobre sus oponentes son los más llamativos.
Por eso, resulta muy relevante la variable sobre quién se cree que obtendrá el triunfo en las urnas, a la hora de elegir partido, candidato o facción dentro de un determinado grupo de interés. En el fondo es un asunto de conveniencia, si no directa, porque el individuo no sea militante o simpatizante activo, sí, por lo menos, de percepción de mayor conveniencia, entre una y las demás opciones electorales.
Morelos ha sido considerado un estado Lopezobradorista desde el 2006 pues, en las tres elecciones en que Andrés Manuel se presentó como candidato a presidente de la República, obtuvo un holgado triunfo entre los electores morelenses. Como en otras entidades Lopezobradoristas, la creación de Morena desfondó a su partido de origen, el PRD. Atrajo tanto a quienes profesan una ideología de izquierda como a los típicos vividores de la política, muchas veces los mismos que hemos visto ocupar cargos públicos a la sombra y gracias a los votos de AMLO.
Los seguidores locales de AMLO equivocaron su expectativa respecto a la revocación de mandato del pasado domingo. Creyeron que Morelos estaba destinado a ser uno de los que mayor participación ciudadana aportara, a favor de la ratificación, en términos proporcionales. Pero no sucedió así. Se quedó muy cerca de la media nacional y muy lejos de las entidades con mayor participación porcentual.
Si, para efectos del análisis, dividimos a las entidades federativas en tres, y llamamos a las primeras las de un alto Lopezobradorismo, las segundas como medio y a las terceras asignamos la categoría de bajo, Morelos queda en las de medio. El porcentaje a favor de la ratificación del presidente no es útil para el análisis, pues queda claro que la movilización del voto no fue espontánea, sino producto de la operación premeditada del Estado. Por lo tanto, lo revelador son los porcentajes de participación, mismos que reflejaron la capacidad de movilización del voto oficial.
Así, entonces, las del nivel alto registraron entre el 35.9% de Tabasco y el 20.2% de Hidalgo. Quedando entre ellas Chiapas, con 27.8, Campeche con 26.8 y Guerrero con 22.3%. En el caso de las de nivel medio, encabeza la lista la Ciudad de México, con 19.7% y la cierra Coahuila con el 15.1%. En este rango están, entre otras, Puebla, Nayarit, Sinaloa y Morelos. Las de nivel bajo son las que se hayan entre el 14.2% de Zacatecas y el 9% de Jalisco. No resulta extraño que ahí veamos a entidades como Nuevo León, Querétaro y Guanajuato.
En suma, siendo la media nacional del 17.7%, muy lejos del 35.9% de Tabasco, y Morelos con un 18.7%, surge la duda sobre si este estado sigue siendo tan Lopezobradorista como se pensaba antes de la revocación de mandato. Las estadísticas dicen que no, que Andrés Manuel va perdiendo cada vez más aceptación entre los electores morelenses.
Y para iniciados
Las opiniones sobre cómo va la Feria Expo Flor Cuernavaca 2022 son variadas, aunque ninguna de ellas es del todo buena. Hay quienes afirman que ha sido un buen intento, pero está muy lejos de ser lo que merecen tanto habitantes como turistas. Otros, menos optimistas, de plano la descalifican. Eso sí, lo que no parece que pueda lograrse en los días que le quedan es que sea el gran negocio que regidores y funcionarios esperaban. Si usted ya fue, dígame qué opina. Estoy al pendiente de sus amables comentarios en mis redes sociales.
La información es PODER!!!