Son varias las razones en las que es posible fundamentar, desde ahora, no uno sino varios fracasos, producto de la consulta de Revocación de Mandato. Ni con toda la verborrea populista y demagógica, también perfectamente predecible, de la mañanera del día siguiente, los ataques a las instituciones y a las personas, podrá hacer creíble el discurso triunfalista del gobierno cuatritransformista.
Sin embargo, no todos los fracasos serán para Andrés Manuel López Obrador. También habrá de fracasar la fracción de sus detractores, que apuestan por verlo abandonar el Palacio Nacional. Ni AMLO, ni Morena, ni los partidos opositores, ni la sociedad civil, vamos, ni la democracia saldrá ganando nada. Será un juego en el que todos vamos a perder, comenzando por los miles de millones de pesos, que debieran tener un mejor destino.
La consulta del domingo 10 de abril habrá de fracasar: Uno, como instrumento de democracia participativa. Dos, como estrategia para oxigenar la imagen del presidente y, tres, como mecanismo para revocar el mandato de un gobernante que ha perdido la confianza del pueblo, que antes lo eligió.
El primero de los fracasos se debe a la manipulación que han hecho Andrés Manuel López Obrador y sus fieles seguidores a ciegas de un instrumento de la democracia participativa, que legalmente debiera ser útil para dar por terminado el mandato de un representante popular, antes de que concluya el periodo para el que fue electo. La democracia mexicana perderá por haberse presentado la revocación como para ratificar al presidente y de eso no se trata. Basta decir que el instrumento se denomina “revocación”. En estricto sentido, como instrumento de democracia participativa será un fracaso que sentará un precedente histórico.
Los seguidores de AMLO no podrán alcanzar la cantidad de votos que desde la Secretaría de Gobernación les han exigido, misma que, así tal cual se los pidió el otro López, el de Bucareli, no debería ser menor a los votos que obtuvieron en la elección del 2021. Por eso están desesperados, han violado y seguirán violando descaradamente las leyes en su intento de conseguir esos votos. No obtener al menos 16 millones de votos a favor de AMLO representará un fracaso. Pondrá en evidencia la pérdida de respaldo de AMLO rumbo a las elecciones del 2024.
Y el otro fracaso será de quienes creyeron que al través de la consulta podrían revocar el mandato de López Obrador. El desinterés y la apatía pesará más que el hartazgo contra un presidente al que cada vez le creen menos y le temen más. Pasará por encima de su llamado a las urnas el de los que convocan a no asistir, de los que ya hicieron público que no irán a votar. Ni siquiera los partidos políticos de oposición registraron representantes suficientes en las mesas receptoras.
Al final de cuentas, la consulta será un fracaso para todos, por más que Andrés Manuel quiera disfrazarla de victoria histórica usando, como siempre, sus otros datos.
Y para iniciados
Una visita previa (¡qué casualidad!) del secretario de Gobernación, Adán Augusto López, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, así como no queriendo, en la víspera de las resoluciones sobre la reforma eléctrica de AMLO, y no se logaron los ocho votos necesarios para declarar su inconstitucionalidad. Cuatro ministros, incluido entre ellos el ministro presidente Saldívar, serán vitoreados y premiados. Y los otros siete, ya se imagina usted que de abogados patronales y traidores a la patria no los van a bajar. Aunque eran mayoría, AMLO cumplió su amenaza: que no le vengan con el cuento de que la ley es la ley, porque aquí se hace, como en la Ley de Herodes, lo que el señor ordene. Me dueles México.
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