Quién fuera gobernador de Banco de México entre el 2010 y 2017 y actual gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) Agustín Carstens, este martes comentó que las presiones inflacionarias vistas a raíz de las disrupciones en las cadenas de suministro por el impacto del COVID se podrían agudizar por la guerra que mantiene Rusia con Ucrania, indicó que algunos de estos efectos en los precios serán persistentes, así como también tendrán injerencia en el mercado laboral de varias economías, ya que los trabajadores buscan compensar las reducciones en el ingreso real inducidas por la inflación.
Siendo un economista de clase mundial y conocedor de la actividad económica mexicana, Carstens advirtió “Un mensaje clave es que podemos estar en la cúspide de una nueva era inflacionaria. Las fuerzas detrás de la alta inflación podrían persistir durante algún tiempo”
Considerando esta situación, el ex secretario de Hacienda, aseveró que los bancos centrales continuarán con la calibración de la política monetaria, tal como lo han hecho el propio Banco de México y más recientemente la Reserva Federal de Estados Unidos (FED).
El Banco de México ha subido en siete ocasiones al hilo la tasa de interés de referencia, de los cuales los tres últimos fueron de 50 puntos base, con lo que el referencial se ubica actualmente en 6.5 por ciento, la que, en un voluntario error desvelara el presidente López Obrador antes de que la hiciera oficial el Banco Central.
Por su parte, la FED elevó por primera vez la tasa desde el 2018, y que se ubica actualmente en el rango de 0.25 a 0.50 por ciento, pero con miras a seguir incrementando el referencial en lo que resta de este año y el siguiente.
Dijo Carstens que este cambio requiere un amplio reconocimiento de que el estímulo a un crecimiento económico no puede seguir recayendo en estímulos macroeconómicos, ya sea monetarios o fiscales. Lo que se requiere, son políticas estructurales que fortalezcan la capacidad de producción en la economía. Hasta aquí la cita.
Entendemos que México tiene que actuar primero introspectivamente para después voltear a tratar de dinamizar su participación positiva con la inversión extranjera a la cual por cierto le esta vetado el agredirla y mucho menos alejarla.
El gran riesgo que afectaría la productividad y el crecimiento económico sería un control de precios a productos básicos, que también generaría desabasto y un menor crecimiento económico, lo que declarara en días pasados el presidente López Obrador.
Iniciativas como la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica y la de reforma energética no fortalecen a la productividad de la economía y ponen en un brete a la que quizá sea hoy nuestra mayor ventaja competitiva.
La estrategia de frenar la inflación con subsidios a las gasolinas, evitando el “qué dirán” en caso de un gasolinazo, tampoco abona a la productividad de la economía, porque se estima que destina 20,000 mdp mensuales con un subsidio que, además, se revierte.
Creo que se debió priorizar este recurrente tema con la dichosa Consulta de Revocación de Mandato, es más importante regular la economía mexicana presente y futura a confirmar la hegemonía de un partido llamado MORENA.
Amigos la semana tiene siete días y ¡Gracias a Dios es viernes!