Y lo volvieron a hacer. El presidente López Obrador y el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez, subestimaron la nueva variante de coronavirus Covid-19, denominada Ómicron, y aseguraron que nuestro país no adoptará las drásticas medidas aplicadas en Europa y Estados Unidos para prevenir los contagios ocasionados por esta nueva amenaza, aparecida hace algunas semanas en países sudafricanos. No hay bases científicas para hacerlo, ni para causar alarma, declaró López-Gatell, secundando a su patrón.
Y en la conferencia de prensa mañanera de este martes, López Obrador recalcó que no hay bases científicas para alarmarse.
El presidente, sin ambages, declaró que el cubrebocas no será obligatorio para asistir a su mitin del Zócalo capitalino este 1 de diciembre; «el que lo quiera llevar, lo puede hacer». El mandatario confirmó que la medida sanitaria será opcional, pues en México no se obliga a nadie y desde el inicio de la pandemia se actuó sin autoritarismo. López-Gatell agregó que cancelar viajes aéreos es atentar contra las sociedades.
Han de saber ustedes que López-Gatell está denunciado ante la Fiscalía General de la República (FGR) por el mal manejo de la pandemia de Covid-19. Permanece acusado por «las acciones, omisiones y negligencias en la atención y el manejo de la pandemia». Hay bases para llevarlo a los tribunales penales.
El 11 de febrero de 2020 aseguró que la Covid-19 era una enfermedad respiratoria “de baja gravedad, incluso más leve que la influenza”; además, dijo, la proporción de muertes sería semejante o menor a las causadas por la influenza.
Sin embargo, a mediados de diciembre de 2020 reconoció que el Covid-19 es una enfermedad infecciosa “que puede causar una muerte tormentosa”. “Identifiquemos que la epidemia no se ha acabado, que la epidemia es perfectamente real, que la epidemia es una enfermedad infecciosa que puede causar la muerte, y es una muerte desafortunadamente tormentosa”, indicó.
El multicitado personaje está protegido por López Obrador, pero algún día será enjuiciado inclusive por delitos de lesa humanidad, ya que ha atentado contra la vida de los ciudadanos, como del pueblo y el estado mexicano. Es decir, ha cometido delitos en contra de la seguridad nacional, también considerados delitos políticos, que desde tiempos remotos han sido catalogados como crímenes. Lo anterior de ninguna manera es una exageración, sino el escenario jurídico probable donde ya está situado López-Gatell, pero además quien lo sostiene a toda costa: el presidente López Obrador, su principal defensor y auspiciador. Más de medio millón de muertos por Covid-19 deben ser causal para configurar delitos de lesa humanidad.
No soy abogado, ni experto en derecho constitucional, pero hay quienes sí lo son y nos han dado la razón en el sentido de que, a estas alturas de la pandemia, existe la comisión de delitos de lesa humanidad.
Frente a la nueva variante Ómicron de Covid-19 no se observan todavía en México acciones de prevención. Las autoridades sanitarias federales solo están esperando más bases científicas, a fin de tomar las decisiones pertinentes. Mientras tanto, en Europa y Estados Unidos, por citar dos puntos del planeta, están suspendidos los vuelos provenientes de países sudafricanos.
Y en México, el gobierno de la República prepara este miércoles a las 17:00 horas una concentración masiva en el Zócalo de la Ciudad de México, donde, a manera de celebración por haber cumplido tres años en el poder, López Obrador rendirá un informe sobre todo lo logrado por su régimen durante el trienio anterior. Yo desde mi modesta trinchera periodística, le exhorto a usted, amigo del auditorio, a no descuidarse. No bajemos la guardia frente al Covid-19, pues se avecina una cuarta ola de contagios, según lo pronosticó el mismísimo secretario de Salud federal, Jorge Alcocer Varela.