Andrés Manuel López Obrador festejó el presupuesto para el año 2022, aprobado por una mayoría unilateral, sin consenso, hecho a la medida de los intereses populistas, electoreros y autoritarios de un régimen basado en la idolatría a su líder máximo. Los resultados del presupuesto, y no a largo plazo, sino durante el mismo 2022, serán el incremento de la inflación, la falta de crecimiento y desarrollo económicos, la acumulación de poder y corrupción en los ámbitos ahora de dominio militar, así como la perpetuación de la pobreza.
Morena, sus legisladores, dirigentes, militantes y simpatizantes entendieron y desempeñan muy bien su papel de promotores de la idolatría hacia un presidente que ni ha cambiado ni desea cambiar al sistema político, sino adecuarlo para reconstruir un sistema hegemónico similar al de los años setenta, en los que la mayoría aplastante, producto del clientelismo electoral, de un sólo partido y la decisión de una sola persona se imponga al resto, sin importar nada más.
La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación, consumada sin modificaciones, mostró el camino autoritario que sigue Morena. Cumplieron con la orden que les llegó de Palacio Nacional: ni una sola concesión, ni una sola negociación, ni una sola reflexión, ni un solo acuerdo. El presidente ordenó que se votara tal cual y así se hizo.
Al mantenerse el mismo esquema de uso de los recursos públicos que ha llevado a México a tener, en este gobierno, indicadores de inflación al alza, no se necesita bola mágica para pronosticar que los precios van a seguir subiendo. Usted ya lo habrá notado, hasta los productos y servicios que consumen las clases populares ya subieron de precio. En muchos casos, por encima del promedio de la inflación. Ese es un resultado del camino al autoritarismo.
Los militares, que ahora se hacen cargo de tareas y empresas que antes eran civiles, también contarán con mayores recursos para transferirlos y utilizarlos en los fideicomisos que ellos administran. A pesar de que el gobierno de AMLO estigmatizó como símbolo de la corrupción los fideicomisos y desapareció la mayoría, al Ejército se le ha permitido que los siga utilizando, no obstante que cada vez hay más evidencias de la corrupción con que son manejados, favoreciendo empresas y proveedores, bien que pueden ser fantasmas, de nueva creación o vinculadas al tráfico de influencias. Eso también es un resultado del camino hacia el autoritarismo.
Por supuesto, nadie en su sano juicio va a estar en contra de que se luche contra la pobreza, todo lo contrario. Las políticas de todo gobierno deben estar orientadas a ese fin. El problema no está en que se quiera apoyar a 25 millones de familias pobres, sino en la manera en que se hace. La distribución de recursos para el consumo, sin que se invierta en actividades productivas, aligerará la carga de las familias depauperadas, pero no dará oportunidad para que salgan de su estado de pobreza. Mantenerlos pobres, pero apoyarlos para que voten a favor de Morena en las próximas elecciones, es uno más de los caminos hacia el autoritarismo.
Morena y Andrés Manuel, que en realidad son lo mismo, cada día muestran más su verdadero rostro, su cara autoritaria e intransigente.
Y para iniciados
Muy pronto comenzarán a empantanarse las decisiones más importantes que debe tomar el Congreso del Estado de Morelos. Dos carencias para la operación política que tendrán un alto costo para el gobierno de Cuauhtémoc Blanco son: no contar con los suficientes legisladores a su servicio, como en la Legislatura anterior, y no tener operadores políticos capaces de construir acuerdos que no sean producto de la compra de conciencias.
¡Que tenga un excelente inicio de semana!
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