El proyecto del actual diputado local, Agustín Alonso Gutiérrez, de ser candidato a gobernador de Morelos en el 2024 continuará su curso, pero no será como lo habían pensado. Las circunstancias cambiaron y la imagen que proyecta hoy el hijo del tres veces alcalde de Yautepec, Agustín Alonso Mendoza, se encuentra bajo el manto de la sospecha.
Así es, aunque cause sorpresa a usted como a muchos, todavía no se llevaban a cabo las recientes elecciones y ya los simpatizantes de Alonso Gutiérrez, seguros de que ambos, padre e hijo, ganarían las elecciones, hablaban de su proyecto para el 2024. Unas semanas antes de iniciar la LV Legislatura local, las huestes de los Alonso corrieron el rumor de que estaría construyendo un bloque, de al menos 7 diputadas y diputados, que le permitirían tener el control de las decisiones más importantes en el Congreso y comenzar la construcción de un liderazgo de corte estatal. Algo así como el bloque de diputadas que encabezó Tania Valentina Rodríguez Ruiz, la Legislatura anterior.
Pero el proyecto no va caminando con la tersura que imaginaron en sus inocentes cabecitas. La duración en su cargo de diputado es de apenas un mes y 13 días, y ya la imagen del diputado Alonso está bajo el señalamiento de relaciones con el crimen organizado, a partir de las declaraciones del comisionado estatal de seguridad, José Antonio Ortiz Guarneros, sobre una carpeta de investigación en manos de las autoridades federales.
El diputado Agustín Alonso Gutiérrez no es producto de una carrera impulsada por su carisma o sus cualidades políticas, sino hechura del cacicazgo ejercido por su padre en el municipio de Yautepec, desde el año 2003, en que fue electo por primera ocasión al frente de la comuna, más tarde de 2012 a 2015 y ahora lo será para el periodo de 2022 a 2024, año en el que pretende ver a su vástago convertido en gobernador de Morelos, mismo al que ya fogueó en las lides políticas, apoyando y dirigiendo su ascenso al poder, cual monarca que prepara la inevitable sucesión generacional.
La plataforma para el lanzamiento del ambicioso proyecto de los Alonso recorrió bien sus primeros dos tramos: que Agustín, hijo, fuera presidente municipal de Yautepec, por cierto, uno de los municipios más azotados por la ola de violencia del crimen organizado, y luego ganara la representación en el Congreso, bajo las siglas de cualquier partido que le diera la candidatura. En esta ocasión fue Nueva Alianza. Y eso es así porque los Alonso nunca han tenido un compromiso partidario ni una orientación ideológica clara, son un ejemplo del pragmatismo en la lucha por el poder.
Pero las circunstancias cambiaron para el novel diputado. Si el proyecto buscaba reflectores estatales para extender su popularidad fuera de los límites de su feudo político, la comparecencia de Guarneros más bien lo puso en entredicho a nivel estatal y federal.
Y para iniciados
El proyecto político de los Alonso continuará. Si no pasa nada en materia legal, podría ser candidato de algún partido en el 2024, con nulas posibilidades de ganar, pero sí de salvarle el registro a un partido como Nueva Alianza o algún otro, ya que a los Alonso no interesan las siglas, sino el registro. Lo de menos es la imagen de bravucón que Alonso se está construyendo. Lo más trascendente sería, toda vez que las declaraciones públicas de Ortiz Guarneros son de la mayor relevancia y si de verdad hay una carpeta de investigación, que una orden de presentación o de aprehensión cambiara el curso de los acontecimientos. Guardadas las proporciones ¿recuerda usted el caso de político amacuzteco, Alfonso Miranda Gallegos, que ganó las elecciones estando en prisión? Coincide en algo, también se ufanaba de estar dispuesto a ser investigado.
¡Que tenga una excelente mitad de semana!
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