AGUSTÍN ALONSO: ¿TEMPLANZA O BELICOSIDAD EL RESTO DE LA LEGISLATURA?

Por Irradia Noticias

Templanza es un vocablo que proviene del latín temperantia que significa sobriedad o moderación en el carácter

Se puede definir a la templanza como la cualidad humana que fomenta la moderación en el ánimo, para los placeres sensoriales y al usar o hacer cosas. Una persona con templanza tiene un carácter equilibrado y no deja que sus emociones o impulsos guíen sus decisiones o acciones.

Los filósofos griegos como Aristóteles, Platón y Sócrates fueron los que comenzaron a analizar y a escribir sobre la templanza. Sus reflexiones eran realmente positivas y ellos consideraban a esta cualidadcomo una de las cuatro virtudes cardinales junto a la prudencia, justicia y fortaleza.

¿Qué relación tiene este preámbulo con nuestro tema de hoy? Mucha, porque templanza fue lo que menos demostró el diputado local del Partido Nueva Alianza, Agustín Alonso Gutiérrez, ex alcalde de Yautepec, durante la comparecencia del titular de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), José Antonio Ortiz Guarneros, el pasado viernes teniendo como escenario el Salón de Plenos del Congreso morelense. El funcionario fue citado a comparecer para explicar lo ocurrido recientemente en Huitzilac, así como aspectos vinculados con su complicado cargo.

Al contrario: Alonso Gutiérrez quedó marcado por tener un carácter intemperante, impulsivo, reactivo, colérico y hasta revanchista. De idea política no presentó ningún signo; lo absorbió el discurso impugnativo de la clásica oposición a ultranza. Y como era de esperarse, recibió una sopa de su propio chocolate, pues Ortiz Guarneros lo exhibió por haber sido presidente municipal de Yautepec sin contar con una policía municipal regida bajo la Ley Estatal de Seguridad y cualquier otra normatividad en la materia. Los policías de Alonso Gutiérrez, en su mayoría, jamás presentaron los exámenes de control de confianza; y siendo edil, solo acudió tres veces a las mesas por la paz y la seguridad de las 300 a que fue invitado por la CES-Morelos.

Lo peor fue cuando el titular de la Comisión Estatal de Seguridad dejó entrever los nexos del ahora diputado local de Nueva Alianza con grupos criminales, al igual que sus policías municipales. Ortiz Guarneros, entre líneas, pero con dedicación directa a quien lo interpelaba, dio detalles, difundidos el fin de semana de manera profusa por la prensa morelense. No es necesario repetirlos, aunque sí quedó flotando en el ambiente la leyenda que siempre ha acompañado a Agustín Alonso Gutiérrez respecto a su estilo elevado de vida, a pesar de haber presidido un Ayuntamiento caracterizado por el precarismo, en un municipio donde prevalecen los agravios, los rezagos sociales y la insolvencia financiera.

En la tribuna del Congreso, Alonso Gutiérrez ha presumido muchas veces tener un carácter franco, fuerte, y ser una persona que dice la verdad, lo que piensa y siente, pero eso está muy alejado de la templanza y la generación de ideas. Como parte de la oposición al Ejecutivo, ya se definió con el estilo de un “fajador” (término boxístico). Esos defectos de carácter no son los de una persona con templanza, sino los de alguien tendiente a la belicosidad, al pleito, al conflicto, a la provocación. Apenas ha transcurrido un mes y 10 días desde la toma de posesión de los nuevos diputados, adscritos a la Legislatura LV, y Agustín Alonso ya quedó identificado como un hombre propenso a la ira, a la impulsividad, y no proclive a alcanzar el equilibrio mental, mucho menos el espiritual descrito por los más grandes filósofos griegos.

A las personas les lleva tiempo y paciencia alcanzar la templanza en su carácter. Por lo general las personas adultas y ancianas son las que logran esta virtud, ya que los jóvenes son propensos a caer ante las tentaciones del mundo. Pero Agustín Alonso ya no es ningún preparatoriano. No es un chavito que pueda seguir exhibiendo en la tribuna sus caprichos y su infantilismo. Esto no se lleva para nada con la política, y de ello indudablemente ya se percataron los otros 19 diputados y diputadas integrantes del Poder Legislativo. 

La destemplanza genera confusión, desorden, malestar mental, infelicidad y desconfianza. Nadie querrá acercarse, de ahora en adelante, con absoluta confianza al legislador de marras, pues su explosivo carácter y tendencia a “decir lo que pienso sin cerrar la boca” lejos de atraer, repele. Alonso supone que, buscando reflectores desde la tribuna mediante epítetos, emergerá como un gran liderazgo en la nueva Legislatura, pero no hay nada más apartado de la realidad. Hoy ya se le compara con José Casas González, quien en la legislatura anterior se caracterizó por su estado voluble, inestabilidad emocional, falta de ideas, destemplanza, carencia de seriedad, protagonismo y traiciones. 

Algún día le escuché decir a alguien por Don Lauro Ortega Martínez, gobernador de Morelos en el sexenio 1982-1988: “Usted no sirve para la política”. “¿Y por qué, doctor?”, preguntó aquella persona. El galeno de Xochitepec le respondió lacónicamente: “Es usted muy visceral”.

Sinónimos de templanza son temperancia, moderación, sobriedad, continencia, autocontrol. Y antónimos de templanza son falta de equilibrio, sin moderación y destemplanza. Por eso le fue como le fue a Agustín Alonso Gutiérrez frente al almirante José Antonio Ortiz Guarneros.

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