1.- ¿Hay traición al Cuauh?
2.- Anaya-sindicatos
3.- Adrián va también
4.- Tri servil
1.- Tal parece que la regla para los funcionarios del Cuauh que dejan de serlo es hablar fatal de su patrón; incluso se asegura que algunos, desde dentro, encuentran gusto en la filtración de datos, documentos y secretos, lo que caería en la falta de ética porque no es la intención la de la denuncia, sino de generar escándalo, porque cuando se denuncia se hace al interior y, claro, de no recibir respuesta, se hace público para que los corruptos sean exhibidos y que se ponga remedio al mal.
En un gobierno que también tiene la intención de evitar el mal, se actúa en consecuencia, tras de ratificar que lo que se da a conocer tiene sustento, porque lo que se debe buscar es la transformación para un mejor país desde el presente y hacia el futuro, sin prisas, pero sin pausas, siempre en el entendido de que la intención es hacer de la honestidad y el respeto dos pilares en los que descanse la sociedad que se va forjando en base a los principios irreductibles, para el surgimiento de una sociedad que, sin vigilancia alguna, respete lo suyo y lo de todos, como un principio de justicia y anhelo de entregar a las generaciones venideras todo un horizonte de apego a las leyes por convicción y no por moda, sino por principios torales.
No sé si en el gobierno del Cuauh la intención es evitar la corrupción y dar bienestar al pueblo.
¿Cómo están las cosas al interior del gobierno del Cuauh para que el que deja el cargo lo primero que hace y lo continúa por siempre, es hablar mal de esta administración?.
Habría que preguntar cómo fue su accionar mientras estuvo al frente del encargo que se les dio, porque si insistió en que había errores y se debía trabajar para corregirlos, pero me temo que la intención no sea la de castigar a los infractores, sino sembrar el caos, en lo que puede ser un acto de venganza, de revanchismo, menos de justicia.
En sus palabras se marca el favor para algunos y la crítica severa para otros, con lo que se ratifica lo sabido, que en el gobierno del Cuauh, existe una división insalvable, en el que un equipo se considera el salvador y al otro como el terror, y que por su culpa las cosas se encuentran en un callejón sin salida. Las acusaciones de corrupción vienen de un lado y del otro, pero nadie pone remedio, y el gobernador ausente, lo que es sabido por todos, sin la intención de que las cosas mejoren, y, sin asesores -o incapaces- porque no se siente nada cuerdo, nada que anuncie que las cosas pueden ser distintas, pero, lo peor, es que no se tiene la voluntad de mejorar; prevalece el no quieren, no saben, no les interesa. Morelos es un sitio para estar en el poder, pero no para gobernar.
Estar en el poder es gozar de sus mieles, gobernar es trabajar por sus conciudadanos y no se hace; si se hiciera, sin duda que las cosas serían distintas.
Desde 1994 no se tiene un gobernador en el territorio zapatista; ni los de aquí ni los fuereños, siempre se deja la especie de que no hacen lo que deben, sino que sólo están al servicio de los más allegados; además, la sospecha de que se hacen negocios desde el poder, dejando al pueblo en estado de indefensión, que se defienda solo, igual en la economía que en su seguridad personal y de la familia, siempre con la incertidumbre de que si se regresará bien a casa por la noche, o ya le asaltaron, hirieron o asesinaron.
2.- ¿Qué está pasando con la señorita Anaya, que llegó en lugar de Mirna Zavala, pues se habla de su eficiencia, pero circula que está entrando en problemas con el sindicato?.
3.- En el programa de Chacho Mátar, que parece ser sólo para perdedores, además de Maricela Velázquez y el graquista Matías Quiroz, se tiene a Adrián Rivera. Cuatro ases.
4.- Al parecer el tricolor se doblará ante el blanquiazul y no aprobará la reforma eléctrica. No se apure, el pueblo se las cobrará en las elecciones.