Por Teodoro Rentería Arróyave
Por decisión propia y congruente con sus compromisos y su edad, 89 años, Raúl Modesto Castro Ruz renunció a partir de este lunes como Primer Secretario General del Partido Comunista de Cuba, mucho antes había ya dimitido a la Presidencia de la República, con estas declinaciones ha terminado “La Era Castrista” que se inició con el Comandante en Jefe Fidel Castro en Sierra Maestra y luego en los liderazgos del gobierno revolucionario; este lunes Raúl, como él mismo lo expone, continuará sólo como un miembro del ente político en los años que le resten de vida.
Si bien es cierto que todo tiene un ciclo, en este caso especial por sus dimensiones internacionales, tras 64 años 4 meses, en efecto ha concluido “La Era Castrista” para encontrarse y reafirmarse en la historia no solo de Cuba sino de la historia universal. Esto me hace recordar la frase de Fidel, que después fue título de un libro muy difundido: “La historia me absolverá”, ello está más que cumplido.
Raúl Castro en la apertura del Octavo Congreso del Partido, resaltó que se realizaba en una fecha trascendental de la historia de la nación: el 60 aniversario de la proclamación por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz del carácter socialista de la Revolución, el 16 de abril de 1961, en la despedida del duelo a los caídos el día anterior en los bombardeos a las bases aéreas, preludio de la invasión mercenaria por Playa Girón, organizada y financiada por el Gobierno de los Estados Unidos como parte de los planes para aplastar el ejemplo de la Revolución Cubana y reimponer el dominio neocolonial sobre la Isla, con la complicidad de la Organización de Estados Americanos, la OEA.
Y concluyó, este lunes cuando también conmemoramos el 60 aniversario de la victoria sobre la expedición mercenaria, alcanzada en menos de 72 horas por los combatientes del Ejército Rebelde, me quedo sólo como un miembro más del Partido, concluyó
En un Congreso marcado por las restricciones que impone el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19, dio cuenta de que la economía cubana en los últimos cinco años ha demostrado capacidad de resistencia frente a los obstáculos que representa el recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, nosotros diríamos, el embargo criminal de la gran potencia.
También fue crítico, cuando señaló que la Comisión Permanente de Implementación y Desarrollo no logró organizar de manera adecuada la participación de los diferentes actores involucrados en la implementación de los lineamientos y asumió funciones que excedían el mandato otorgado por el Congreso, lo cual limitó el papel que correspondía por sus funciones a los organismos, organizaciones y entidades. Todo ello motivó que el Buró Político adoptara la decisión de distribuir las responsabilidades tras lo cual se alcanzaron avances superiores.
Al referirse a la prensa, explicó que si bien es cierto que nuestros medios se caracterizan por su apego a la verdad y el rechazo a la mentira, lo es también que persisten manifestaciones de triunfalismo, estridencia y superficialidad en la manera en que abordan la realidad del país.
En el terreno de las relaciones internacionales, Raúl Castro denunció el fortalecimiento de la contraofensiva “cuando la conducción de la política exterior de Estados Unidos cayó en manos de personajes siniestros, vinculados a episodios injerencistas e intervencionistas en nuestra región, y asociados a elementos de la ultraderecha cubanoamericana, varios de ellos de conocida trayectoria terrorista y corrupta”.
Sin embargo ratificó al flamante gobierno estadounidense de Joe Biden, “la voluntad de desarrollar un diálogo respetuoso y edificar un nuevo tipo de relaciones sin que se pretenda que para lograrlo Cuba renuncie a los principios de la Revolución y el Socialismo, realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia.
Reiteró la solidaridad de los cubanos con los pueblos y los presidentes: Nicolás Maduro Moros de Venezuela, Daniel Ortega Saavedra de Nicaragua, Luis Arce de Bolivia, Andrés Manuel López Obrador de México, Alberto Fernández de Argentina y con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil.
En ese renglón de las excelentes relaciones, mencionó a la República Popular China, la República Socialista de Vietnam, la República Democrática Popular de Lao, la República Popular Democrática de Corea y la Federación Rusa,
Finalmente dio a conocer su dimisión de esta manera: “En lo que a mí se refiere, concluye mi tarea como Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba con la satisfacción del deber cumplido y la confianza en el futuro de la Patria, con la meditada convicción de no aceptar propuestas para mantenerme en los órganos superiores de la organización partidista, en cuyas filas continuaré militando como un combatiente revolucionario más, dispuesto a aportar mi modesta contribución hasta el final de la vida.
Nada me obliga a esta decisión, pero creo fervientemente en la fuerza y el valor del ejemplo y en la comprensión de mis compatriotas y que nadie lo dude, que mientras viva estaré listo, con el pie en el estribo, para defender a la Patria, la Revolución y el Socialismo”.
Todo esto coincide con la desclasificación de documentos de la Agencia Central de Inteligencia, CIA, sobre los intentos llevados a cabo para asesinar a Raúl Castro Ruz. Sin discusión válida, “La Era Castrista” concluyó para encontrarse y reafirmarse en la historia cubana y en la historia universal.