En enero pasado, la dirigencia estatal del Movimiento Antorchista hizo llegar un pliego petitorio a las oficinas del gobierno del estado con las principales demandas de los diferentes grupos sociales de colonias y comunidades rurales, organizados con nuestro Movimiento.
En estos casi dos meses transcurridos hemos acudido en más de una ocasión a solicitar audiencia con el Sr. Gobernador Cuauhtémoc Blanco sin encontrar respuesta a nuestra petición. Con Lic. Cesar Alarcón, director de gobierno, se acordó entonces implementar mesas de diálogo con varias Secretarías y , sin embargo, no hay ningún avance, ni siquiera para establecer la agenda de trabajo y así dar solución a las necesidades más apremiantes de los antorchistas morelenses.
Es por ello que el próximo jueves, una comisión representativa de antorchistas nos daremos cita en Casa Morelos para demandar la atención y solución a nuestras peticiones. En concreto, se pide la directa intervención del gobernador Cuauhtémoc Blanco para la solución de determinadas demandas, toda vez que sus operadores políticos no atienden y menos resuelven con la prontitud que el caso amerita, duermen el sueño de los justos en medio de tantas carencias derivadas de la pandemia de Covid-19 y la crisis económica que han agravado la pobreza de los morelenses.
Nuestras demandas tienen su justificación en el deterioro de las condiciones en las que viven los morelenses en los últimos tiempos, no son un capricho de los colonos y campesinos organizados con el Movimiento Antorchista. Con el fin de hacer claridad a la opinión pública y a nuestros propios compañeros de las peticiones enarboladas, a continuación mostramos un resumen apretado de las más importantes:
Apoyo en insumos agrícolas (fertilizante y semillas) para más de 3 mil productores del campo, olvidados por los programas oficiales.
Obras y servicios para pueblos y colonias que carecen de los más elementales servicios.
Reconocimiento de escuelas y construcción de las mismas en varios municipios.
Apoyos con paquetes de alimentación para familias cuyos integrantes han perdido sus empleos por la crisis y pandemia.
Incorporación a programas de vivienda social a cientos de familias carentes de un lugar propio para vivir; para otros cientos, ampliación de espacios ante problemas de hacinamiento, así como la regularización de colonias en varios municipios.
Es del dominio público que, en días pasados, el gobernador Cuauhtémoc Blanco rindió su segundo informe de gobierno, donde destacó de manera prioritaria la atención de la crisis sanitaria; no obstante, se olvidó de los efectos negativos que ha traído la crisis económica y la misma pandemia, como es la falta de empleo y de salarios dignos, pues miles de personas perdieron sus empleos y hasta el momento no han encontrado trabajo.
Para el gobierno es fácil decretar el semáforo rojo y restringir las actividades económicas y sociales, pero no ha brindado apoyos a amplios sectores de la población para que puedan mantener el confinamiento sin arriesgar su vida, y fueron muy pocas las despensas que se repartieron en todo el estado.
Suma y sigue. Después de meses de no hacer pruebas masivas contra el Covid-19, por fin el gobierno se vio obligado a realizarlas debido al aumento de los contagios, pero aún son insuficientes y, al interior del estado, las pruebas siguen siendo escasas. Además, es muy grave el olvido del campo: el año pasado la entrega de fertilizantes se redujo a su mínima cantidad en muchos años, los apoyos no llegaron a todos los productores sino de manera selectiva y entregados con sigilo para evitar la exigencia de los campesinos.
En materia educativa, los estudiantes y padres de familia están abandonados a su suerte, no cuentan con internet ni dispositivos electrónicos para poder conectarse con los maestros, las escuelas se encuentran abandonadas y muchas de ellas saqueadas porque no cuentan con vigilancia. En varios medios informativos el director del IEBEM reconoció que, durante el presente ciclo escolar, desertaron 22 mil alumnos de nivel básico, por no contar con las condiciones para recibir clases en línea. Y no hablemos ya del aumento de la inseguridad pública, el incremento de robos con violencia y homicidios que están a la orden del día y ya nadie se escandaliza, pues la nota roja se ha vuelto, también, la “nueva normalidad”.
Con estos magros resultados en materia social, resulta claro que las necesidades de la gente son apremiantes, máxime que, según proyecciones de Coneval, para este año el número de pobres aumentará en más de 12 millones de mexicanos; y en Morelos casi el 60% de su población es pobre por ingresos, es decir, de cada 10 morelenses, 6 pasan hambre. Pues bien, al no reactivarse rápido la actividad económica y al no tomar acciones para aplanar la curva de la pandemia, puesto que las vacunas están llegando a cuentagotas, es desde todo punto imprescindible y urgente la atención de las demandas de miles de familias humildes y vulnerables. El desastre que viene es mayúsculo si no se atienden las necesidades sociales.
Por todo lo anterior, hacemos un llamado al gobernador Cuauhtémoc Blanco para que sean atendidas las necesidades más apremiantes y se les dé solución pronta y expedita a las peticiones arriba mencionadas, como la situación actual lo requiere.
Es hora de que, sin pretextos y con voluntad política, se atienda a la dirigencia estatal del Movimiento Antorchista y se proceda a revisar las demandas de nuestros agremiados.