“¡No hagas daño a un periodista, porque lo pagarás toda la vida!”.
Si el nombramiento como secretario otorgado por acuerdo del Episcopado mexicano para que ese desempeño lo cumpliera el Obispo de la Diócesis de Cuernavaca Ramón Castro Castro fue una gran distinción, ahora el destacado prelado de Morelos ha recibido la grata decisión y acuerdo electoral de ese cuerpo colegiado, para ser el Presidente Episcopal… Obispos, Arzobispos y Cardenales de la República integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano en asamblea especial decidieron elegir al Obispo de la Diócesis del Estado como el responsable mayor de esa relevante estructura clerical… A Ramón Castro, lo recuerdo como Obispo de Campeche a principios de los años 90s’ donde tuvimos la oportunidad de un encuentro para una entrevista que comprometimos y cumplimos por el trabajo que como Escribano investigador y periodista realicé en 27 ciudades de América a donde el llamado Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) a cargo de Jorge Carrillo Olea por la relación personal que establecimos en razón de mis desempeños periodísticos en medios nacionales como Impacto, Ovaciones, Novedades y en casi todos los medios de comunicación locales, me convocó a realizar un trabajo periodístico y entre esas ciudades de América estuvo Campeche con el encuentro referido con el Obispo de aquella Diósesis que lo era Don Ramón… El tema que tuve por encargo y abordamos, fue el de cómo se veía México con relación a las drogas (1990-1992)… Aquello es historia, pero sirve de antecedente para referir a su vez que de esa Ciudad y Diócesis Castro Castro fue enviado a esta Entidad con la misma calidad obispal; aquí sus desempeños le permitieron establecer comunicación y relaciones importantes con prácticamente todos los sectores de la comunidad morelense al mismo tiempo que por la cercanía con la Capital de la República pudo mantener contacto clerical hasta ser reconocido como Secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano del cual ahora ya es su PRESIDENTE… Serán tres años de representación, no fáciles para los manejos de las responsabilidades que tiene a su cargo no sólo con la feligresía y los clérigos de toda la estructura religiosa católica que es multitudinaria entre monaguillos, monjes, monjas, seminaristas, directores, rectores, sacerdotes, párrocos, abades, vicarios, obispos, arzobispos y cardenales, a lo cual se suman los civiles que coparticipan con la Iglesia Católica en su estructura representativa de mando ante los pueblos como lo son las mayordomías que tienen sus respectivos nombramientos y jerarquías entre mayordomos, alguaciles y topiles sin olvidar a los sacristanes… En contraparte, ahora Ramón Castro Castro tendrá que coordinar y conciliar hasta donde sea posible con los otros sectores de la comunidad donde se significan los obreros, profesionistas, profesionales, gente del campo y políticos de todos los niveles de autoridad donde por desgracia en estos tiempos entre síndicos, regidores, alcaldes, diputados locales, federales, senadores, gobernadores y hasta la misma cúpula de la Presidencia de la República muchos de ellos con sus funcionarios de casi todos los niveles, donde algunos que no son pocos, se están cooptados, involucrados o metidos a fondo con criminales desorganizados y los organizados cuyos capos y sicarios, mantienen luces rojas por los caminos de sangre que tenemos a lo largo y ancho del País por casi todos los Estados de la República donde ahora parece que sólo dos se salvan: Campeche y Yucatán… En el marco de todo ello entre tantos desordenes, para Castro Castrodebe ser grande la atención, mucho mayor la responsabilidad e inmensa la preocupación por los cientos de miles de feligreses mujeres, hombres, ancianos, jóvenes, niños y niñas sacrificados entre los asesinados, así como los reclutados, sometidos por la leva de los malignos, más los desaparecidos… Entre estos últimos, sin lugar a dudas que para la comunidad clerical, son por demás relevantes los sacrificados que por asesinatos cumplidos perpetrados contra sacerdotes jesuitas que sólo cumplían su misión pastoral como lo fue el caso de los dos en la iglesia de Cerocahui en Chihuahua Javier Campos Morales de 78 años y Joaquín César Mora Salazar de 80 años; por los rumbos de Chiapas también fue asesinado Marcelo Pérez Pérez, todo esto y más tendrá que atender Ramón Castro Castro como Presidente del Episcopado Mexicano en este reto que le pone la vida en su camino misional… ¡Estaremos al pendiente! ¡Hasta mañana que será un día más!