La desaparición y posterior hallazgo del obispo emérito de Chilpancingo-Chilapa, Guerrero, Salvador Rangel Mendoza, ha sido tomado como instrumento político para golpear a la iglesia católica; así lo señaló durante su homilía dominical el secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano, CEM, y obispo de Cuernavaca, Ramón Castro Castro.
Señaló que personas “interesadas” han ocupado miles de “bots” para dañar la autoridad moral de la iglesia (católica); acusó que es una fábrica de “bots” de “ya saben quién”. Manifestó que se está aprovechando este momento para “darle con todo” para que la iglesia pierda su autoridad moral.
Aseguró que lejos de buscar la verdad y la justicia solo confunden a las personas, y a quienes no les quieren “les dan leña para el fuego”.
Señaló que cuando a alguien se le acusa se deben tener pruebas y en este caso “hasta ahora pruebas fidedignas no las hay”.
Durante el transcurso de la semana pasada, tanto el secretario de Gobierno en funciones del titular del Poder Ejecutivo, Samuel Sotelo Salgado como el titular de la Comisión de Seguridad Pública, CES Morelos, José Antonio Ortiz Guarneros, hicieron públicas evidencias que forman parte de la carpeta de investigación sobre la desaparición temporal del líder religioso procedente de Guerrero, que ponen en entredicho su calidad moral.
Por su parte el fiscal General de Justicia del Estado, Uriel Carmona Gándara, comentó que los primeros indicios permitían suponer un secuestro exprés, pero no reveló ninguna evidencia o prueba.