En este último miércoles del año, en el que empezamos a recapitular y a planear, me parece importante que hablemos sobre los propósitos de año nuevo.
Estas fechas siempre son momentos de reflexión en las que pensamos todo aquello que hemos conseguido, así como todo lo que nos gustaría lograr. Llegamos a este momento en el que pensamos en el año que está terminando, recordar los últimos doce meses puede servirnos para aprender de las experiencias, así como reajustar nuestras prioridades y objetivos.
Si bien es cierto que al momento de plasmar nuestras metas siempre se busca todo aquello que soñamos con tener o ser, a veces terminan olvidadas más rápido de lo que comienzan los planes para lograrlas. Y es que, según las estadísticas, tristemente al terminar el año tan solo el 8% de las personas cumple sus propósitos de año nuevo, incluso hay estudios que indican que la mayoría de las personas repiten año tras año los mismos propósitos que tienen en su lista con el deseo de lograr alcanzarlos finalmente.
Por lo general, los deseos son muy poco realistas buscando cambios drásticos de un momento a otro, esto termina siendo el causante de renunciar antes de tiempo, llevándonos a la frustración y a sentirnos fracasados por no haber logrado nuestros propósitos.
Puede llegar a parecernos más fácil renunciar que llevar a cabo ese propósito con una meta que sea poco realista o tan genérica que no nos inspire llevarla a cabo, por lo tanto, realizar el esfuerzo por cambiar de hábitos no será prioridad. Y es que la mayoría de las personas se rinde y deja de lado sus propósitos en las primeras seis semanas del año, de manera que hay quienes tienen los mismos propósitos durante diez años antes de empezar a lograrlos.
Bueno, y ¿qué hago entonces? Para poder tener propósitos realistas y que se vayan a llevar a cabo necesitamos un plan de acción así que:
- Toma papel y pluma, comienza a escribir cómo quieres sentirte el próximo año, esto debe de estar alienado con tus valores, así como con tus metas lo que te llevará a enfocarte en lo que quieres lograr de manera que puedas encontrar tus propósitos de manera más clara.
- No confíes solamente en tu fuerza de voluntad, para lograrlo es importante vincular los propósitos a la manera en la que quieres sentirte, por lo tanto, conectarte con emociones positivas, te dará la motivación para cambiar tus hábitos, lo cual te ayudará a lograr tus propósitos más fácilmente.
- Concientízate de tus pensamientos negativos y enfoca tu energía en los positivos, crea un plan de acción para asegurarte que lograrás llegar a tus metas.
- La mejor manera de llegar a la meta es con pequeños objetivos que sean alcanzables de manera que estarás construyendo sobre pequeños éxitos; es importante celebrar tus éxitos por pequeños que parezcan.
- Prioriza, empieza por el autocuidado intenta no llenarte de metas ya que solo te abrumarás y terminarás por abandonarlo toda una vez más.
- Intenta salir de tu zona de confort, hacer algo que nunca has hecho te llevará a lograr algo nuevo.
- Aprende a decir que no cuando algo no esté alienado con tus valores ni tus metas.
- Contar con una red de apoyo y contención de ayudará a salir adelante en los días más desafiantes donde sientas que quieres abandonar, además de que rodearte de personas que se alienen a tus metas te ayudará a motivarte para cumplirlas.
Y, ¿qué tiene que ver esto con la sexualidad? Pues los propósitos de año nuevo pueden estar enfocados a cualquier tema que nos imaginemos, los cambios en la vida no solamente comienzan el primero de enero o el lunes, tampoco estamos limitados a dejar de fumar, perder peso o comenzar a hacer ejercicio, podemos enfocar nuestros propósitos de año nuevo o nuestros cambios de vida a tener una vida sexual más satisfactoria, esto se puede ver de distintas maneras, aquí te comparto algunos ejemplos: - Aceptar mi orientación e identidad sexual
- Amar y aceptar mi cuerpo como es ahora, esto siempre puede pulirse, pero te ayudará a sentirte más cómodo cuando compartas con alguien más
- Dejar de juzgar mis deseos y fantasías sexuales
- Salir de mi zona de confort y abrirme a conocer nuevas prácticas sexuales
- Realizar chequeos médicos de manera periódica para asegurarme de que mi cuerpo esté saludable
- Aprender a decir que no cuando las prácticas sexuales no sean deseadas, al no uso de preservativo, a las prácticas sexuales de riesgo, etc.
- Derribar bloqueos y tabúes
- Abrirme y darme la oportunidad de ser vulnerable con mi pareja, esto puede incluir emociones, deseos, fantasías y mucho más
- Salir de la monotonía
- Sentirte sexy
- Encontrar tu punto G o P o el de tu pareja
Y esto es solo por mencionar algunos, recuerda que si te está costando trabajo describir o alcanzar tus metas o propósitos no hay nada de malo en pedir ayuda de un especialista, no olvides que la sexualidad es para disfrutarse siempre dentro del marco de la ley, sin poner en riesgo la vida de los involucrados y por supuesto con el consentimiento de todos los participantes. Que tengan un excelente día y que ahora sí logren todos sus propósitos.