¡Sacaremos a ese buey de la barranca!
La protagónica y redentora actitud de AMLO al ir a Acapulco por carretera, lo llevó al más grande ridículo al quedar sumido en el fango de la desgracia Guerrerense. La imagen presidencial una vez más se demeritó tratando de cultivar votantes para MORENA.
No es burla, no es meme, no es una farsa, fue la realidad, el Macuspano se fue a atascar de lodo los zapatos y el pantalón para demostrar que la Cuarta T no planea las acciones de solución, las instrumenta y las medio atiende al momento para hacerlas a forma y supuestamente les salgan más económicas al evitar la transa que se daban corruptamente en los gobiernos anteriores. ¿Recuerdan a los damnificados de Jojutla y de Tlalpan en el 2017 y de Tlatelolco y Tepito en el 85?
Teniendo los mejores Helicópteros de rescate a su servicio que bien lo hubiesen llevado junto con su séquito del Gabinete de Seguridad hasta la zona de desastre, solo lo hizo en su retorno, seguramente obedeciendo a sus secretarios de defensa y marina. El viaje acapulqueño duró en total de catorce horas.
Celebré que el Bay Watch Macuspano fuera a enterarse de viva voz e imagen de las ocurrencias del patético huracán. Noticias que AMLO ya conocía puesto que tanto el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional cuentan con radio telefonía de avanzada tecnología que les enteraba del suceso. La presencia presidencial era obligada para coordinar los trabajos de rescate y planear la recuperación del bello puerto de Acapulco.
Recuperación que llevará mucho tiempo y mucho dinero. Los empresarios han de estar haciendo el reclamo debido a las aseguradoras, seguramente Lloyd´s responderá muchas de ellas ya que la mayoría de los Hoteles son propiedad de marcas internacionales o bien operadas por Compañías también trasnacionales.
El rescate y recuperación de la infraestructura municipal y estatal dañadas merecen particular atención ya que la orografía guerrerense es demasiado sinuosa y sigue siendo rústica, empezando por la famosa “Cima del rey Lopitos” la urbana de Mozimba, las colonias urbanas que nacieran tras las ilegales e irregulares invasiones de los años 60, 70 y 80 que circundan al puerto.
¡La Protección Civil local y federal fracasaron perversamente, no hicieron nada! La omisión del gobierno de considerar a Otis como un huracán de alto riesgo es imperdonable. La falta de comunicación y protocolo de parte de las autoridades gubernamentales han sumido en la confusión y desorden a propios y extraños en la tierra del Brodi Jorge Campos.
Tuvieron mucho tiempo para avisar a la población, de alojar en resguardo a pobladores, de prevenir la ayuda que se pudiera necesitar. ¡El centro de huracanes americano les avisó con 48 horas a su impacto!
La falta de custodia de la ciudad fue manifiesta. Los hampones de rapiña sin escrúpulos se dieron gusto con la complacencia de los “guardianes” que solo miraban como, en camionetas saqueaban a los comercios. Otros más lo hacían con diablos, carretillas y hasta patinetas o a lomo pelón.
Otra desgracia más para México. Primero se dieron números de 27 fallecidos y 4 desaparecidos, horas después en la Marina del Centro aparecieron otros 4 cuerpos cubiertos de lonas.
Actitud ladrona y carroñera de parte de la Cuarta T al cancelar el FONDEM, que aborta la interrogante ¿de dónde tomará el gobierno para suministrar recursos que hoy, son inexistentes, ya que se han gastado en las magnas obras del sureste? Veremos que, a cuenta gotas se atenderá esta gran necesidad que ha sumido en la desgracia al Estado de Guerrero.
Bien saben en el gobierno federal que lo que se hace mal, tiene un castigo. La sentencia del pueblo de Acapulco para Andrés Manuel será entonada por muchos años en versos de Agustín Lara «Acuérdate de Acapulco…»
¡Amigos la semana tiene siete días y … gracias a Dios es viernes!