Por: Alejandro Cárdenas.
El contexto y la implementación específica de una educación de tinte comunista puede ser diferente según las perspectivas políticas e ideológicas de cada país.
El concepto de «comunista» se puede interpretar de diferentes formas y suele tener connotaciones negativas para algunos sectores de la sociedad mexicana al considerar que los libros de texto promueven ideas o valores asociados al comunismo, algunos grupos o individuos pueden interpretar esto como una amenaza a sus valores o creencias.
Las discusiones y los debates que han surgido al respecto del contenido de los libros de texto gratuitos en México han surgido porque el sistema político comunista se basa en los principios del marxismo-leninismo, defienden una sociedad sin clases donde los medios de producción son propiedad colectiva y se busca la igualdad social y económica y México, como país democrático, tiene un sistema político basado en una República Federal, con un presidente y poderes separados.
La pregunta de fondo sería: ¿México necesita un sistema político comunista y por consiguiente una educación ad hoc?
El tema debe ser es un debate en los diferentes niveles de la sociedad y entre los actores políticos, y es crucial que los mexicanos participen en ellos para tomar decisiones informadas y consensuadas.
Algunos argumentan que el comunismo podría ser una alternativa para combatir la desigualdad social y económica en el país, ya que busca eliminar las diferencias de clase y promover la redistribución de la riqueza.
Otros argumentan que la implementación de un sistema comunista podría limitar las libertades individuales y restringir la iniciativa privada, lo que podría tener impactos negativos en la economía y en el desarrollo del país.
Es importante tener en cuenta que la decisión de adoptar un sistema político comunista es un tema complejo y depende de múltiples factores, como las circunstancias socioeconómicas y culturales de cada país.
En el caso de la educación con tintes comunistas se puede mencionar que a lo largo de la historia se ha demostrado que este tipo de educación ha tenido como resultado la homogeneización ideológica y la eliminación de opiniones contrarias al régimen y un claro ejemplo de ello es el control estatal sobre el contenido y el enfoque educativo, lo que lleva a la propagación de una visión sesgada de la historia y la política, así como a la censura de ideas contrarias al régimen.
Existe también el racionamiento de recursos en detrimento de la educación, lo que ha llevado a la falta de inversión y a la reducción de la calidad educativa y la falta de libertad académica y eso significa que la educación comunista limita la autonomía de las instituciones educativas y obstaculiza el desarrollo de un pensamiento crítico y pluralista.
Por otro lado, la educación comunista ha garantizado la provisión gratuita de la educación, permitiendo el acceso a la educación a sectores de la población que anteriormente no podían acceder a ella, se han implementado políticas de alfabetización que han permitido disminuir significativamente el analfabetismo, llevando la educación a sectores marginados, se ha dado la igualdad de oportunidades a través de políticas de acceso equitativo a la educación, sin importar el origen socioeconómico de los estudiantes.
El revuelo ideológico en México con respecto a los nuevos libros de texto gratuitos y su supuesta consideración como comunistas puede atribuirse a una serie de factores y pueden ser que coincide con el cambio de gobierno en México, lo cual ha generado radicalidad en todos los frentes.
Hay quienes critican al actual gobierno por su orientación ideológica hacia la izquierda y vinculan esto con el contenido de los libros -que punto personal, ojalá no lleguen a las aulas- y están esas criticas o defensas, influenciadas y racionalmente justificadas, por una percepción muy sensata en lo individual o grupal, por un aquí y un ahora y -como a claras luces se mira- día a día, «suben pa’rriba», por la polarización política.