“¡No hagas daño a un periodista, porque lo pagarás toda la vida!”.
La histórica doble frase “2 de octubre no se olvida”, para mi historial como Escribano Reportero Periodista, guardo en memoria una de las más grandes frustraciones de mi vida profesional en este fascinante mundo de la comunicación… La frustración obedece a que teniendo suficiente material informativo sobre los trágicos y sangrientos acontecimientos de la tarde noche de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968 al día siguiente, fui obligado a no transmitir ninguna nota respecto a aquel lúgubre acontecimiento… Veamos por qué… A cuenta gotas porque en aquellos tiempos de 1968 los medios de comunicación eran precarios y sólo contábamos con un posible servicio telefónico comercial o particular para establecer comunicación muy cara pues Teléfonos de México cobraba por minuto cada llamada, con posibles fuentes de información en la Capital Mexicana… En tanto que eran mínimos lo que transitaba tanto en los medios radiofónicos como en los aún incipientes canales de televisión por lo cual, la labor tuvo que ser intensa para buscar a los ‘compas’, hablarles a los medios de comunicación gráficos, televisivos y de radio con los que teníamos relación así como con amigos, conocidos y familiares a quienes preguntaba ¿qué sabían sobre los sucesos y luego la sangrienta masacre de ese día…? Las horas de la noche transitaron y la marcada del teléfono de mi parte era incesante… Afortunadamente, poco a poco encontré voces que sabían algo o mucho de lo lúgubre de ese aterdecer-anochecer sangrientos… Algunas de esas voces lo decían o simplemente se sentía en la comunicación el miedo que los aterrorizaba… Transitaron las horas hasta las 2, 3 de la mañana momento en el cual, ordené los materiales recabados y junto con ello las ideas para cumplir como reportero-periodista y director del noticiero con la transmisión radiofónica del único informativo radiofónico que había en ese entonces en Morelos mismo que era trasmitido por este Comunicador a través de la XEJC, La Voz del Sur… Remembro que me inicié en la radiodifusión el 28 de diciembre de 1961 gracias a que me abrió las puertas el reconocido y experimentado locutor Miguel Ángel Santa María Aldeco, quien me presentó con don Miguel Ángel Tenorio Benítez empresario y dueño en sociedad con su hermano Carlos Tenorio Benítez de la XEJC, la primera Estación de Radio que tuvimos en Morelos… Luego de algunas peripecias el 15 de marzo de 1962, inicié el noticiero matutino en esa radiodifusora y propiamente ahí nacieron lo que serían los noticieros de la industria radiofónica en el Estado, gracias a que don Miguel Tenorio vio con beneplácito en su programación un espacio informativo como el que procreé… Ya vendrían otras estaciones de radio, otros compañeros con la misma inquietud y otros noticieros en competencia… Para octubre de 1968 puedo decirlo con satisfacción mis noticieros eran un éxito a las 07:45 a.m., a las 15:00 y a las 19:00 horas… ¡Cuánta chamba, labor o trabajo porque amén de producir los noticieros, reportear las notas y conseguir la información, tenía que buscar patrocinadores para pagar los tiempos que yo le compraba y puntualmente me cobraba don Carlos Tenorio Benítez…! El caso es que la mañana del 3 de octubre de 1968, puntualmente llegué a la XEJC donde extrañamente se encontraba el vehículo de don Miguel Tenorio; me estacioné atrás de él, quien en pijama bajó de su vehículo, nos encontramos y simplemente me dijo: “Villalobos pasa a la oficina”… Cargado de papeles con mi material informativo, entramos al despacho de don Miguel quien me invitó a sentarme frente a él y sin más me entregó un papel amarillo con su recomendación: ¡“Léelo y cúmplelo”…! El papel en cuestión bajo la leyenda Telégrafos Nacionales de México venía el texto del telegrama que decía: “ABSTÉNGASE INFORMACIÓN, COMENTARIOS O CRÍTICAS RESPECTO ACONTECIMIENTOS CIUDAD DE MÉXICO”. Luis Echeverría Álvarez. Secretario de Gobernación… Don Miguel me pidió el telegrama y reiteró: ¡“Atiéndelo y cúmplelo”…! Era casi la hora del noticiero, tenía que entrar “al aire”, cuadré y descuadré mis razonamientos; llevaba algunas otras notas y lo único que se me ocurrió decir luego del saludo fue: “Hoy el sol salió por el Oriente y raudo va hacia el Poniente”…! Guillermo Vergara Alonso quien era el locutor en turno molesto y sarcásticamente se rio y salió de la cabina, pues entendió lo que estaba pasando… Llené el tiempo del noticiero con “pura fritura y paja intrascendentes”… ¡Cuánto coraje, dolor y frustración porque no eran treinta y tantos muertos los masacrados por el Gobierno, sino cientos de ellos que salieron amontonados en vehículos del Ejército…! ¡Esa era la Libertad de Expresión en aquellos tiempos de la “Dictablanda” del Gobierno Priista con Gustavo Díaz Ordaz al frente…! ¡Cuánta frustración! ¡Hasta mañana que será un día más!
