ALOMÍA: CABEZA DE RATÓN

Por Irradia Noticias

El proceso de centralización del poder en México continúa a paso rápido. Y para cuidar que todo vaya conforme a los designios del supremo poder presidencial, nada, pero nada se le debe escapar. Eso lleva necesariamente al movimiento de piezas en el entramado burocrático. Parte de las áreas estratégicas, hoy en día, es la de la salud, donde se produjo la reciente salida de José Luis Alomía Zegarra, quien ocupó el cargo de director general de Epidemiología a lo largo de lo que va de pandemia de COVID-19, y cuyo desempeño lo hizo aparecer ante los medios y la sociedad como el brazo derecho de Hugo López-Gatell Ramírez, en la Subsecretaría que ocupa.

En medio de un creciente repunte de casos de COVID-19, que ha minimizado el subsecretario López-Gatell, al decir que los números récord de contagios en general de las últimas semanas, mayores cantidades de contagios, hospitalizaciones y decesos de menores de edad, en particular, de niños y bebés, son solamente un ligero repunte, José Luis Alomía dejó las filas del gobierno federal para acompañar a Alfonso Durazo Montaño en Sonora, como secretario de Salud, a partir del próximo 3 de septiembre.

Nacido en la ciudad de México, en 1976, cursó sus estudios de medicina en una institución privada, la Universidad Montemorelos de Nuevo León, pero pronto se notó su inclinación hacia la función pública, momento que lo comenzó a conectar con la burocracia sonorense, pues fue en ese estado donde obtuvo la Maestría en gestión de Salud Institucional por el Instituto Sonorense de Administración Pública. A partir de entonces, su carrera ha sido eminentemente burocrática, y con la epidemiología lo ligan un diplomado en los Servicios de Salud de Sonora y una certificación como Epidemiólogo de Gestión por la Universidad Johns Hopkins.

Desde 2009 ocupó diferentes cargos públicos en el área de la salud, dentro del estado de Sonora, desde jefe de Departamento, analista, jefe de Unidad, director general de salud en el ayuntamiento de Hermosillo y en el 2018 fue designado para ocupar la dirección general de Epidemiología, ya en el gobierno de López Obrador, siendo corresponsable de la estrategia del gobierno federal para enfrentar la pandemia de COVID-19 en México, bajo las órdenes de López-Gatell, desde enero del 2020.

Pocas personas, fuera del gobierno mexicano y de los apoyadores a ciegas de la 4T, han calificado como exitosa la estrategia encabezada por Hugo López-Gatell. Todo lo contrario, tanto especialistas como neófitos, ya por puro sentido común, la han criticado por negligente e ineficaz, al grado de la denuncia por ser responsables de muchas decenas de miles de muertes que se pudieron haber evitado. 

Y ese papel fue el que aceptó jugar en el primer trienio del gobierno de López Obrador al doctor Alomía. Lo que vimos fue que cada vez que reconocía alguna situación complicada, delicada o adversa era corregido públicamente por su jefe, el subsecretario, y hasta ambos, por el presidente, en las mañaneras. Alomía se va para dejar de ser cola de León en el gobierno federal, allá en Sonora será cabeza de ratón, de la burocracia estatal.

No habrá, por el momento, forma de que nos enteremos de todo lo que supo Alomía acerca de la pandemia, mientras siga siendo funcionario de alto nivel. Ojalá que algún día, su conciencia lo obligue a revelar todo aquello que hoy el gobierno oculta y minimiza. 

Y para iniciados

¿Será que Alomía se va sólo por conveniencia propia? ¿O será que no le ven ya cabida, al menos de momento, en el proceso de creación del Centro Nacional de Inteligencia en Salud, un órgano que, como su nombre lo indica, centralizará la información sobre la pandemia y todo lo demás en esa área? Ya verán que las atribuciones y alcances de este centro van por la misma vía de la 4T, la centralización autoritaria del poder, a la que denominan “gobierno progresista” Al tiempo.

Excelente inicio de semana.

La información es PODER!!!

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