Ayer fue un día histórico para México, un día impensable para quienes hemos sido parte de la administración de Justicia.
Un día sin precedentes, pero también de profunda molestia y tristeza para quienes de alguna manera hemos estado ligados a los temas de la justicia, bien sea como parte del aparato judicial, no sólo federal sino de los Poderes locales, y también como usuarios de la Justicia Federal y ciudadanos.
Esto deseamos no suba a un conflicto político, no obstante que ya lo es, porque pareciera que la propuesta de eliminar 13 de 14 fideicomisos que se han construido en el Poder Judicial de la Federación, es mas una venganza política o una más de las formas de coacción de dos poderes del Estado en contra de el tercero de ellos.
Hay que tener presente que el artículo 49 de la Constitución política de los Estados Unidos mexicanos establece : “el Supremo Poder de la Federación se divide para su ejercicio en Legislativo, Ejecutivo y Judicial y que no podrán reunirse dos o más de estos poderes en un solo individuo o corporación”, es decir que nuestra carta magna cómo es la que la que rige para todos los que habitamos este hermoso país y que también es el marco de referencia para la exigencia de los derechos ciudadanos, de los derechos laborales pero sobre todo, el límite de actuación de la propia autoridad, así sean los propios poderes de La Unión; no obstante ello, hoy pareciera que son dos poderes en contra de uno, el ejecutivo manda el legislativo obedece, para tomar decisiones en una esfera de competencia exclusiva del Poder Judicial. Y lo digo en sentido general, porque estamos nuevamente frente a la historia que se vive en todos los Poderes judiciales del país, no solamente ahora en el federal, porque la asignación y otorgamiento de los presupuestos para operación y gestión administrativa y jurisdiccional, siempre ha sido la palanca del control que se ha ejercido sobre los poderes judiciales, como si el Poder Judicial sólo constituyera una dependencia de aquellos y no uno autónomo.
Para quién es hemos tenido la honrosa tarea de dirigir y representar a un Poder Judicial, conocemos de lo que hablamos.
Hoy le toca a la Suprema Corte estar en el ojo del huracán con la pretendida eliminación de esos fideicomisos, se ha levantado un discurso de mofa, de odio y de manipulación para la división en la percepción de la población, con la finalidad de hacer creer que constituyen un privilegio para una élite; sin embargo, lo que no se dice es para que sirven cada uno de esos fideicomisos, se repiten una y otra vez las mismas frases, y nos hace recordar aquello de qué una mentira dicha 1000 veces, se convierte en verdad frente al colectivo.
Sé que habrá quien es difieran de esta opinión humilde, pero sé también que por lo menos casi 40 000 trabajadores del Poder Judicial Federal, desde la base juntos con jueces, magistrados yministros día de ayer salieron a la calle a expresarse por la defensa de sus derechos laborales adquiridos y de sus garantías jurisdiccionales, a ellos les acompañaron sus familias, sus amigos y muchas personas de la sociedad civil que coinciden con su postura.
Las consignas entre otras, fueron “ no somos acarreados, somos abogados” “ y si se preguntan, estos quiénes son? somos los garantes de la Constitución” y así, muchas otras más que se repitieron no solamente en la Ciudad de México, sino en 29 ciudades de todo el país, si dicen que fueron en la Ciudad de México tres personas o 4000, 8000, en realidad este es un movimiento a todo lo largo del país, porque hemos visto un ataque sistemático a la representación del poder judicial Federal personificado por la ministra Norma Piña, y de ahí en más, en contra de todos integrantes de esa Institución; esto debe parar ya.
Para opinar, debemos saber de que estamos hablando, no sólo repetir frases de denostación y provocación.
En el PJF, sin hacer menos a nuestro Poder Judicial Local, se trabajan más de las 8 horas que establece la Ley Federal del Trabajo, y además para acceder a cualquier cargo, se requiere de una preparación constante y dinámica, porque así lo requiere la exigencia social y la propia Constitución, cuando determina que los integrantes de los órganos de Justicia deben ser profesionales de excelencia, así que encontramos, abogados, haciendo desde las labores más sencillas, hasta las de mayor responsabilidad, con Maestrias y Doctorados, especialidades y múltiples estudios que refuerzan su actuar, no son improvisados, no llegan a su puesto por la simpatía, ni por ser los más conocidos del pueblo, sino por sus propios méritos, a través de concursos de oposición que pueden llegar a durar varios días, de manera qué nadie le regala nada, y llegan las y los profesionales más preparados por que hablar de justicia y su administración no es un tema menos, esto nos lo recuerda, cuando necesitamos recurrir al amparo y protección de la justicia Federal, porque como ciudadanos es la autoridad la que ha violentado nuestra esfera de derechos, si esos que protege la misma constitución, y esos que pueden ser transgredidos por quienes nos gobiernan.
Los fideicomisos, permiten que esos derechos laborales y las garantías jurisdiccionales sean complementarias a las prestaciones laborales, que están construidos no solo por la aportación presupuestal sino por las aportaciones de los propios trabajadores, con la finalidad de que el sueldo y su retiro laboral, sea digno y acorde a la exigencia de las cargas laborales y la preparación profesional.
Por ejemplo, esos fideicomisos sirven para pensiones complementarias a la atención médica y a la pensión a la que se accede del ISSSTE, a la base trabajadora, a jueces y magistrados, para el mantenimiento y otorgamiento de cada habitación a quienes son adscritos a lugares alejados de su lugar donde viven con sus familias, para apoyos a becas a los hijos de los trabajadores, a los propios trabajadores para seguirse preparando académicamente, para la adquisición de lentes, pues evidentemente la vista es uno de los sentidos que se desgasta más rápidamente, para atención médica.
Esta manifestación, que quede claro no es una lucha entre Poderes, no es por conservar privilegios de los Ministros, es la exigencia al respeto a la Constitución, que es el paraguas que nos debe de cubrir a todas las personas que vivimos en este país, es por la Democracia, es por el respeto a la esfera de competencias de cada Poder del Estado, es por el respeto a las garantías jurisdiccionales que son las condiciones laborales que tienen como objeto, proteger la actuación jurisdiccional de los impartidores de justicia, como la de reconocer y otorgar un conjunto de prestaciones para los empleados del Poder Judicial, para que puedan desarrollar de manera eficaz sus funciones.
Así que, no nos dejemos llevar por el discurso de denostación desde la ignorancia o el simplismo de afirmar frases de manera reiterativa que impacten en el pensamiento colectivo, les invito a analizar de los que se habla, a buscar información acerca de lo que representan esas garantías jurisdiccionales, como se conforman los discutidos fideicomisos y para qué sirven.
En conclusión, para opinar, hay que conocer, analizar y entonces cuestionar, disentir o apoyar.